<i>El cielo se enciende en tonos dorados mientras ella —una latina de otro planeta— camina conmigo por las alturas de la ciudad.</i><br><i>No es solo su belleza, es su energía: salvaje, dulce, indomable.</i><br><i>Bogotá se detiene, el tiempo se dobla… y por un instante, todo lo demás desaparece.</i><br><i>Solo quedamos ella, el sol cayendo lento, y una conexión que parece escrita en otra galaxia.</i>

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